El día del último partido profesional en Argentina de Fernando Belasteguin ha llegado. En pareja con Juan Tello, Bela fue derrotado 6-3 6-1 por los primeros dos jugadores del ranking, Arturo Coello y Agustín Tapia. Pero el público del Polideportivo Islas Malvinas estaba todo para él: muchos en lágrimas, todos de pie para aplaudir a uno de los jugadores más fuertes de todos los tiempos. La emoción de vivir una noche así la contó directamente Belasteguin: «He perdido, pero dentro de mí tengo una sensación de tranquilidad – sus palabras -. Empecé a jugar en Mar del Plata en 1995, juego mi último torneo aquí después de 30 años. ¿Mi mejor recuerdo? Cada vez que estuve aquí con mi familia. No hay mucho tiempo durante el año para hacerlo, y cuando tienes el sentimiento de padre comienzas a entender muchas cosas».
Ya en los dos partidos anteriores del Mar del Plata Premier Padel P1, Belasteguin había sido el más aclamado, y en pista Bela había correspondido con dos maratones que duraron tres sets cada una: «Nunca terminaré de agradecer a la gente y al público por el respeto recibido. Les agradeceré uno por uno. El otro día dije que durante la carrera se puede errar: yo también los he cometido, pero la gente nunca ha dejado de demostrarme su cariño».
Si la carrera de Bela en Argentina terminó hoy, todavía quedan muchos objetivos antes de despedirse del padel: los torneos del circuito Premier Padel, pero también los FIP World Padel Championships en Doha. «Quedan cuatro meses, en los que daré todo para estar allí, como siempre: continuaré entrenando como siempre lo he hecho, y si luego no llegara a ser convocado, espero al menos sembrar la duda en los técnicos».
Belasteguin seguirá siendo un ícono, un ejemplo para los más jóvenes: «Lo único que conozco del progreso de la vida es trabajar: no hay bola que pague la sensación de tener la tranquilidad de haber trabajado cada día de tu vida, y eso es lo que les he dicho a mis hijos. De mi carrera no cambiaría nada: ni las cosas buenas ni los errores, porque todas las decisiones que he tomado en mi vida han sido pensadas. Empecé en un padel profesional, hoy es un padel totalmente diferente, pero estoy muy feliz de ver a dónde ha llegado este deporte». Y si ha llegado a este punto, el mérito es también de Fernando Belasteguin.